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»El Programa de Reforma: Las siguientes medidas de reforma son efectivas de
inmediato. Los líderes políticos, fiscales y comerciales son responsables individual y
colectivamente de llevar a cabo cada una de esas medidas de reforma bajo pena de
muerte.
»Reformas inmediatas: todos los salarios, precios y rentas quedan congelados. Todas
las hipotecas sobre edificios ocupados por sus propietarios quedan canceladas. Todos los
intereses son fijados al seis por ciento.
»En todos los países la industria sanitaria queda nacionalizada en la extensión en que
no lo estuviera todavía. Los doctores médicos recibirán el mismo salario que los
profesores de escuela superior; las enfermeras serán pagadas bajo el mismo baremo que
los maestros de escuela primaria; todo el resto del personal auxiliar y terapista recibirán
salarios comparables. Todos los honorarios de estancias en clínicas y hospitales quedan
abolidos. Todos los ciudadanos, súbditos y residentes recibirán el más alto nivel de
atención médica en cualquier momento.
»Todos los negocios y servicios funcionando en la actualidad seguirán funcionando.
Tras el período de transición serán permitidos cambios ocupacionales, los cuales serán
requeridos cuando tales cambios mejoren el bienestar general.
»Las siguientes ejecuciones instructivas tendrán lugar dentro de diez días, más o
menos dos días. La lista de oficiales y líderes publicada bajo su propia responsabilidad
por el autoproclamado Consejo para la Supervivencia no es ni confirmada ni negada.
Cada uno de ustedes debe mirar dentro de su corazón y de su conciencia y preguntarse a
sí mismo si está haciendo o no lo mejor por sus semejantes. Si la respuesta es sí, están
ustedes a salvo. Si la respuesta es no, entonces ustedes pueden ser uno del próximo
grupo seleccionado como lección objetiva a todos aquellos que han convertido nuestro
maravilloso planeta en un agujero infernal de injusticia y privilegios especiales.
»Decreto especial: la fabricación de pseudogente será interrumpida inmediatamente.
Toda la llamada gente artificial y/o artefactos vivientes se prepararán para entregarse a la
más próxima autoridad de la reforma en el momento en que se les notifique. Mientras
tanto, mientras se preparan los planes para que esa cuasi-gente pueda vivir sus vidas sin
causar más daños a la gente y bajo circunstancias que no sigan creando competiciones
injustas, esas criaturas seguirán trabajando pero permanecerán encerradas en sus
lugares el resto del tiempo.
»Excepto en las siguientes circunstancias, las autoridades locales tienen prohibido
matar a esos...
El anuncio se interrumpió. Luego en la pantalla apareció un rostro... masculino,
sudoroso, y turbado.
- Soy el sargento Malloy, hablando en nombre del Jefe Henderson. No va a permitirse
la difusión de ningún otro de esos anuncios subversivos. Vamos a reanudar la
programación regular. Pero estén atentos a su canal para cualquier aviso de emergencia.
- Suspiró -. Esos son malos tiempos, amigos. Sean pacientes.
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- Aquí los tenéis, queridos - dijo Georges -. Tomad uno. Una teocracia gobernada por
quemadores de brujos. O un socialismo fascista diseñado por escolares retardados. O
una masa de inflexibles pragmáticos que están a favor de pegarle un tiro al caballo que no
salte el obstáculo. ¡Cada vez vamos mejor! Elegid el que más os convenga.
- Ya basta, Georges - dijo Ian -. Esto no es ninguna broma.
- Hermano, no estoy bromeando; estoy llorando. Una pandilla planea pegarme un tiro a
primera vista, otra simplemente pone fuera de la ley mi arte y mi profesión, mientras que
la tercera me amenaza sin especificar, o así me lo parece, lo cual aún es más de temer.
Mientras tanto, a menos que encuentre consuelo simplemente en el refugio físico, este
benéfico gobierno, el alma mater de mi vida, me declara enemigo juramentado apto
únicamente para ser encerrado. ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Reírme? ¿O derramar
lágrimas en tu hombro?
- Puedes dejar de ser tan condenadamente irónico, eso es lo que puedes hacer. El
mundo se está volviendo loco en nuestro regazo. Será mejor que empecemos a pensar
en lo que podemos hacer al respecto.
- Callaos, los dos - dijo Janet firme pero suavemente -. Una cosa que saben todas las
mujeres pero pocos hombres aprenden nunca es que hay veces en que la única acción
juiciosa es no actuar sino esperar. Os conozco a los dos. A ambos os gustaría echar a
correr a la oficina de reclutamiento, alistaros durante la emergencia, y así volcar vuestras
conciencias sobre los sargentos. Eso sirvió a vuestros padres y abuelos, y lamento que no
pueda serviros a vosotros. Nuestro país está en peligro y con él nuestra forma de vida,
eso resulta claro. Pero si alguien sabe de algo mejor que hacer aparte sentarse inquietos
y esperar, que hable. Si no... no echemos a correr en círculos. Se acerca lo que debería
ser la hora de la comida. ¿Hay alguien que pueda pensar en algo mejor que hacer?
- Hemos desayunado muy tarde.
- Y tendremos una comida tardía. Una vez la veas en la mesa, la comerás, y lo mismo
hará Georges. Una cosa que podemos hacer: sólo para el caso de que las cosas vayan
peor de lo que van ahora, Marj tendría que saber dónde ir para protegerse de las bombas.
- O de cualquier otra cosa.
- O de cualquier otra cosa. Sí, Ian. Como de la policía buscando enemigos. ¿Habéis
tenido en cuenta vosotros dos, oh bravos hombres de la casa, qué hacer en caso de que
alguien llame a nuestra puerta?
- Ya había pensado en eso - respondió Georges -. Primero entregar a Marj a los
cosacos. Eso los distraerá, y me dará tiempo de escapar muy, muy lejos. Ese es un plan.
- Lo es - admitió Janet -. ¿Pero implicas con ello que tienes otro?
- No con la simple elegancia de ése. Pero, de todos modos, es un segundo plan. Me
entrego a la Gestapo, un caso en el que hay que determinar si yo, un distinguido huésped
y alguien que paga religiosamente sus impuestos y nunca ha dejado de contribuir a las
campañas benéficas de la policía y de los bomberos, puedo ser arrestado sin ninguna
razón aparente. Mientras estoy sacrificándome por un principio, Marj puede correr al
refugio y permanecer oculta. Ellos no saben que está aquí. Lamentablemente, sí saben
que yo estoy aquí. «Es mejor, mucho mejor...»
- No seas tan noble, querido; no te va. Combinaremos los dos planes. Si... No,
cuando... Cuando vengan en busca de uno o de los dos, ambos os ocultáis en el refugio y
os quedáis allí tanto tiempo como sea necesario. Días. Semanas. Lo que sea.
Georges agitó la cabeza.
- Yo no. Aquello está húmedo. Es insalubre.
- Y además - añadió Ian - le prometí a Marj que la protegería de Georges. ¿De qué
sirve salvar su vida si la pones en manos de un canadiense maníaco sexual?
- No le creas, querida. Mi debilidad es el alcohol.
- Muchacha, ¿deseas ser protegida de Georges?
Respondí sinceramente que creía que Georges debía ser protegido de mí. No
exageraba.
- En cuanto a tus quejas acerca de la humedad, Georges, el Agujero tiene exactamente
la misma humedad que el resto de la casa, un benigno RH de cuarenta y cinco; así lo
planeé. Si es necesario te meteremos a la fuerza en el Agujero, pero no vamos a
entregarte a la policía. - Janet se volvió hacia mí -. Ven conmigo, querida; vamos a hacer
un pequeño viaje de exploración.
Me llevó a la habitación que me había sido asignada, tomó mi neceser de vuelo.
- ¿Qué es lo que llevas en él?
- No mucha cosa. Ropa interior de repuesto y algunas medias. Mi pasaporte. Una
tarjeta de crédito que no me sirve para nada. Algo de dinero. Mis documentos de
identidad. Un pequeño bloc de notas. Mi auténtico equipaje está en tránsito en la consigna
del puerto.
- Estupendo. Porque todo rastro de ti va a ser depositado en mi habitación. Si son
ropas, tú y yo tenemos aproximadamente la misma talla. - Rebuscó en un cajón y extrajo
un cinturón con bolsa incorporada... uno de esos cinturones con bolsa para el dinero que
normalmente llevan las mujeres. Lo reconocí aunque yo nunca he tenido ninguno... no
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